martes, 13 de octubre de 2015

GRANOS DE CAFÉ, PAPEL, COLORES Y MUCHA IMAGINACIÓN ATRAPARON A LOS NIÑOS EN LA FUL 2015

* “A los niños todo les asombra, no hay cosa a la que le pierdan el interés, todo les parece nuevo y maravilloso, algo que como adultos vamos perdiendo”: Betsabé Ramírez; “La vida me llevó por otros caminos hasta encontrarme con la ilustración, hacer libros e impartir talleres a niños, es algo que me llena y satisface”: Jorge Mendoza

Pachuca de Soto, Hgo., a 11 de septiembre de 2015

Granos de café, papel, colores, estampas, entre otros y mucha imaginación, fueron los materiales que una diseñadora gráfica y un arquitecto pusieron al alcance de los pequeños para realizar verdaderas obras de arte durante el segundo Encuentro de Ilustradores Ilustraful.

Durante las actividades de la Feria Universitaria del Libro organizada por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y su Patronato, bajo el auspicio del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes del 21 al 30 de agosto, en el salón de libros para niños se llevaron a cabo talleres encaminados a fomentar el acercamiento a la lectura a través de actividades artísticas y didácticas desde la FUL Niñ@s.

Pintando con Café

Betsabé Ramírez González, egresada de la licenciatura de diseño gráfico de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, campus Actopan, impartió el taller “Pintando con café”, donde a partir de granos de café, papel fabriano, pinceles y diamantina estimuló la imaginación de los niños asistentes.

“Me dedico a ilustrar y dentro de la Ilustración existen muchas técnicas digitales y manuales, pero en particular descubrí que había tintes naturales como el café y que a través de esta técnica puedo experimentar varias texturas y darle más detalles a mis trabajos”, explicó la también integrante de Pachuk Cartonera, una editorial creada por jóvenes egresados de la UAEH y dedicada a fomentar la lectura, la cultura, el arte y las ciencias.

Ramírez González detalló que el objetivo principal del taller es despertar la imaginación de los niños y permitir que a través de jugar y experimentar con los granos del café, puedan llegar a encontrar una vocación en el arte, cualquiera que ésta sea.

“Trabajar con niños es interesante porque nunca dejan de dibujar, llega un momento en la edad de todas las personas en que dejamos de dibujar, principalmente en la adolescencia porque en esta etapa nos juzgamos más y no creemos en nuestro trabajo”.

“A los niños todo les asombra, no hay cosa a la que ellos le pierdan el interés, todo les parece nuevo y maravilloso. Como adultos eso lo vamos perdiendo porque dejamos de valorar las cosas pequeñas y simples, esos detalles que hacen la diferencia en nuestra vida diaria”, apuntó.

Destacó además que los niños no tienen límites en su imaginación por lo que pueden crear grandes cosas: “Llevo cuatro años impartiendo talleres a niños, trabajo también en un colegio y doy clases en preescolar. Quiero continuar dedicándome a esto porque más que un trabajo, es lo que me apasiona”.

En tanto, Rafael Martínez, un pequeño de ocho años compartió su experiencia: “Me encantó, a mí no me gusta el café porque es amargo y sabe feo, no es como mi leche con chocolate pero cuando empezamos a dibujar ya no lo vi tan feo. La maestra nos dejó usar las manos y no importó que me ensuciara, mi mamá me dio permiso. Yo dibujé un león porque es el animal más feroz y es el rey”, finalizó.

Mi libretita viajera

En el mismo escenario se realizó el taller “Mi libretita viajera”, organizado por la editorial Oink, dedicada a la literatura infantil basada en viajes a lugares no explorados, cuyo objetivo es fomentar la convivencia familiar, la imaginación y las ciencias.

Jorge Mendoza, perteneciente a la editorial y arquitecto de profesión, realizó una dinámica con los niños presentes para crear una libreta donde ellos puedan rescatar los recuerdos de sus viajes.

“Como nuestros libros tienen que ver con viajes, tenemos una línea infantil basada en viajes a muchos lugares desconocidos, por lo que decidimos enseñarles a hacer una libretita que pueden llevar a todas partes. La idea es que ahí vayan anotando lo que van viendo, lo que les gusta y lo que no de un viaje, anécdotas, etc.”

Explicó que la editorial Oink es joven aún pues lleva sólo un año de haber lanzado sus primeros libros infantiles: “La editorial es pequeña y nueva, tenemos una colección que se llama trotamundos y tiene cuatro volúmenes. Cada título es un viaje a un lugar distinto, cada lugar está vinculado con un elemento, por ejemplo, la memoria, el corazón, los sueños, etc., es una mezcla entre la imaginación y el conocimiento”.

Y añadió: “Al final nosotros lo que buscamos es fomentar la lectura en los niños, desde pequeños y promover también la convivencia entre hermanos, con los padres, la idea es que los más grandes les lean y así poder viajar juntos porque eso es lo divertido de los viajes, cuando se hacen acompañados”.

Destacó que el trabajar con niños resulta doblemente provechoso ya que existe una retroalimentación: “Los niños tienen una energía que te comparten en los talleres, a mí me funciona muy bien trabajar con ellos porque hay una retroalimentación entre sus ideas y lo que uno piensa , esa mezcla nos resulta muy importante para realizar nuestro trabajo”, apuntó.

Jorge Mendoza subrayó que pese a tener una carrera que nada tiene que ver con la ilustración, la vida le ofreció la oportunidad de conocer este mundo maravilloso: “Yo estudie arquitectura en la UAM de Azcapotzalco y la vida me llevó por otros caminos hasta encontrarme con la ilustración, haciendo libros y dando talleres a niños, es algo que me llena y satisface”.

Finalmente destacó la importancia de combinar la creatividad con la pasión para ofrecer a los niños ilustraciones que contribuyan a reforzar su enseñanza mediante dibujos, sin perder nunca el toque chusco e irreverente que tienen los pequeños.◄



ede o no ser coincidente que los verdaderos valores culturales empaten con los económicos, en virtud de que los encargados de calificar el arte, como son los críticos, los museos, las publicaciones especializadas, etc., se encuentran muy relacionadas con los canales de distribución, que no producen el arte, pero lo mercadean: galerías, corredores y subastadoras.


De tal modo que al investigar el pasado y el presente de cómo se vende, adquiere o comercializa el objeto artístico, “no es difícil colegir que lo que podría ser un mercado primario – de ventas directas, sin intermediarios— se ha convertido en una especie de mercado secundario, en el que los precios en cascada van en aumento, aumentando las utilidades al mismo ritmo que los intermediarios otorgan rango y precio; como quien dice, invirtiendo en la carga de atributos del producto artístico mismo”.

Y concluyen: “A mayor conocimiento de la estructura del mercado, mayor participación y, por tanto, beneficio; así que sería muy beneficioso para los artistas que las instituciones promocionarán definitivamente el arte, consiguiendo no sólo el prestigio cultural, sino también la carga de atributos (valoración e inversión) para exportar el producto artístico nacional”.◄




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