* El escultor manifiesta la necesidad de un involucramiento mayor de
las instituciones culturales para promocionar, dar prestigio y valor y exportar
el arte mexicano
Pachuca de Soto,
Hgo., a 10 de septiembre de 2015
¿Por qué un cuadro o una escultura alcanzan precios tan
elevados? ¿Qué les hace tener ese costo? Éstas y otras preguntas fueron el quid
que llevó al artista Miguel Peraza a investigar y las respuestas quedaron
impresas en el libro “El arte del mercado en arte”, que llegó a la 28 Feria
Universitaria del Libro (FUL 2015) realizada del 21 al 30 de agosto pasado en
la Ciudad del Conocimiento de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo
(UAEH), auspiciante de la feria gracias a su Patronato y a Conaculta.
El libro llegó renovado pero no como una novedad, pues se
trata de una tercera coedición de Miguel Ángel Porrúa y de la UAEH, ya que la
tesis principal del volumen no ha perdido vigencia, sino que se han reforzado
sus contenidos.
Mario Maldonado Reyes, Coordinador de la licenciatura de
Artes Visuales, del Instituto de Artes (IA) de la UAEH, fue el presentador de
la obra ante los asistentes al auditorio “Josefina García Quintanar” del
Polideportivo Carlos Martínez Balmori, repleto de estudiantes de artes,
acompañados de sus autoridades académicas y profesores.
Sobre su libro “El arte del mercado del arte”, el escultor
Miguel Peraza, enfatizó que este libro sólo se actualizó en cuestión de
precios, pero que los mecanismos de mercantilización del arte que han disparado
el costo de ciertas obras, sigue inalterable. Por lo demás, todo sigue igual
que en la primera edición aparecida en 1990.
En el texto, realizado en coautoría con el poeta Josú
Iturbe, se detalla la investigación sobre el comercio del arte, la
mercadotecnia del arte, los productores de arte, cómo determinar el precio,
cómo se distribuyen las obras artísticas; galerías, corredores y subastadores,
así como coleccionistas y museos. Además cuenta con un útil índice de los
artistas más cotizados y los 50 cuadros más caros del mundo.
En la introducción del texto el autor advierte acerca del
vacío bibliográfico existente acerca del objeto de arte considerado como una
mercancía en un medio económico y como él, habiendo estudiado como primera
carrera Economía, y siendo su vocación la de artista, puso a aquella al
servicio de ésta.
Pero, ¿quién es Miguel Peraza? “El maestro Peraza es un
escultor que encuentra en los espacios vacíos y en la inutilidad de las
máquinas inacabadas, una fuente de expresión, como ocurrió antes con otros
grandes de la escultura, recordemos, por ejemplo, a Alexander Calder o a Marcel
Duchamp. La obra de Peraza transciende sin duda en el cosmos…”, ha dicho su
coautor, el poeta Josú Iturbe.
Miguel Peraza tiene en su haber más de treinta y cinco años
de desarrollo artístico incesante y sus obras públicas se localizan en
avenidas, jardines, universidades, instituciones públicas y privadas de
diferentes ciudades del mundo; hay 350 coleccionistas que poseen obras de
caballete del maestro Peraza. A lo largo de su carrera ha conjuntado la
manifestación artística, la labor docente y la producción editorial.
Su arte es tanto abstracto como figurativo y experimenta
estéticamente, mezclándolos en ocasiones; lo ha desarrollado también en el arte
industrial; y sus preocupaciones se han enfocado a la teoría del color, el
equilibrio geométrico entre otras propuestas estéticas que arrancaron cuando en
1975 creó su primera escultura. Ha participado en múltiples colecciones
individuales y colectivas en algunos países como Colombia, Chile, Costa Rica,
Estados Unidos, Francia, Bélgica, Holanda, Emiratos Árabes Unidos y México.
Además, Miguel Peraza es el curador de las obras de arte del
Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México desde 1995. Coordinador
fundador de la Cátedra Humanitas y de la colección de publicaciones de
investigación Humanidades Tec, de la misma Institución, coeditadas con el Grupo
Editorial Miguel Ángel Porrúa. Su labor creativa de los últimos 25 años está
relacionada con el paisaje urbano y la exaltación de la vida cotidiana.
El profesor Mario Maldonado Reyes señaló al comenzar la
presentación que el documento del escultor parte de la columna vertebral de la
Teoría del Arte y que como pocos trabajos sobre esta disciplina, sí intenta
vislumbrar qué es el objeto artístico y quién lo produce, quién es el
espectador y cómo lo consume, es decir, ver la actividad mercantil en torno al
objeto artístico en este momento histórico y cómo se ha desarrollado esta
relación. “Se trata de mostrar una perspectiva algo más fría y distante de la
que comúnmente observamos acerca de la actividad mercantil del arte”.
El libro consta de 11 capítulos, más dos anexos que se
distribuyen a lo largo de 146 páginas, en ellos se desarrolla el análisis que
Miguel Peraza concibió desde su ojo de escultor y economista en que se puede
decantar que los disparatados precios que algunas obras han alcanzado, no son
sino huella de un calentamiento del mercado frente a la inestabilidad de los
mercados especulativos; así, el arte como el oro, se vuelve un polo de
atracción para las inversionistas en búsqueda de seguridad financiera.
Por ejemplo, a finales del siglo XX se creía que ninguna
obra de arte, por muy consagrado que fuera su creador, rebasaría los 100
millones de dólares, pero lo que en realidad sucedió es que varías pinturas de
arte moderno ya se han cotizado en más de este límite, lo que, al entender de
Peraza e Iturbe, es una huella del mercado del arte en expansión.
Y, como indica Aida Sierra, prologuista de la segunda
edición del libro, aparecida en 1998: “El recorrido de este libro muestra el
aspecto especulativo, a partir de la óptica financiera, de las artes plásticas
como mercancías cuya demanda es atípica en comparación con otros productos o
bienes culturales, de su juego en la sociedad y del papel que el Estado
desempeña dentro de ésta. También se analiza los nuevos medios de difusión y
soportes del arte visual, como son la instalación, el performance, la realidad
virtual, el internet al tiempo que va prospectando el sentido que éstos pueden
tener dentro del mercado del arte”.
Lo que el libro aclara es que es el mercado donde el arte
realmente se mueve y tiene éxito quien más vende; ante tal circunstancia muchas
veces puede o no ser coincidente que los verdaderos valores culturales empaten
con los económicos, en virtud de que los encargados de calificar el arte, como
son los críticos, los museos, las publicaciones especializadas, etc., se
encuentran muy relacionadas con los canales de distribución, que no producen el
arte, pero lo mercadean: galerías, corredores y subastadoras.
De tal modo que al investigar el pasado y el presente de
cómo se vende, adquiere o comercializa el objeto artístico, “no es difícil
colegir que lo que podría ser un mercado primario – de ventas directas, sin
intermediarios— se ha convertido en una especie de mercado secundario, en el
que los precios en cascada van en aumento, aumentando las utilidades al mismo
ritmo que los intermediarios otorgan rango y precio; como quien dice,
invirtiendo en la carga de atributos del producto artístico mismo”.
Y concluyen: “A mayor conocimiento de la estructura del
mercado, mayor participación y, por tanto, beneficio; así que sería muy beneficioso
para los artistas que las instituciones promocionarán definitivamente el arte,
consiguiendo no sólo el prestigio cultural, sino también la carga de atributos
(valoración e inversión) para exportar el producto artístico nacional”.◄
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