* “Hoy, las Redes Sociales Digitales nos brindan una gama de
posibilidades asombrosas. Vivimos en una época de vertiginosas transformaciones
sobre todo a nivel tecnológico y comunicativo”
Pachuca de Soto,
Hgo., a 5 de septiembre de 2015
Un libro con varios ensayos que examina, como su título
indica, el fenómeno de las “Redes sociales digitales: Nuevas prácticas para la
construcción cultural” (Conaculta, 2014), está prologado por Miriam Rudoy
Callejas, especialista en Filosofía y editora del periódico “El Independiente
de Hidalgo”, quien hace la invitación a reflexionar acerca de la vida dentro
del mundo virtual, espacio que ha reconfigurado la manera de ser y actuar de
las personas en el plano físico.
El texto lleva a comprender que el mundo digital ofrece
alternativas positivas, pero también negativas que representan un peligro para
los internautas; extorsión, trata de blancas, robo de identidad con fines
perversos, entre otros, ante los cuales hay que mantenerse alerta.
“Hay que tener mucho cuidado cuando proporcionamos nuestros
datos en internet. En la introducción del libro a cargo de Sandra Flores
Guevara, coordinadora del mismo, se hace mención del proceso de la
investigación del mundo virtual, un lugar donde somos testigos de nuevas
subjetividades narrativas y acciones sociales”, explicó la Maestra Georgina
Ortega Luna, ex alumna de la autora del libro y presentadora del mismo.
En el auditorio “Nicolás García de San Vicente” del
polideportivo “Carlos Martínez Balmori” perteneciente a la UAEH, Georgina
Ortega indicó que el primer capítulo, escrito por la Doctora Sandra Flores,
refiere como lo dice su título, “Las mil y una oportunidades de las redes
virtuales”, solo una pequeña parte de las posibilidades infinitas ofrecidas por
la red.
“En internet hemos conformado nuevos modelos culturales que
pese encontrarse sostenidos en sitios no reales trasladan elementos de la
auténtica realidad virtual, convirtiéndose en una extensión de nuestra
cotidianidad”, explicó.
Y agregó: “Internet brinda esa posibilidad de incursionar en
partes de nuestro entorno donde antes no nos sentíamos incluidos, ahora se
puede tener una comunicación aparentemente más directa con las autoridades o
con las celebridades a quienes admiramos tanto y, además, podemos compartir experiencias,
una frase o un poema que hemos escrito en nuestros ratos de inspiración;
fotografías difíciles de exhibir en una galería de arte; o el video en el que
hacemos nuestros primeros pinitos como cantantes o como bailarines y que recibe
muchos likes de nuestros amigos, de nuestros contactos y así se va creando esa
mágica red virtual”, mencionó la presentadora y ex alumna de la Doctora Sandra
Flores Guevara.
“En la publicación de Karla Priscila Avalos Sandoval se
enfatiza en las relaciones sociales a través de las redes sociales virtuales;
sobre ello podemos reflexionar la cantidad de actividades en las que nos
inmiscuimos dentro de la internet, por ejemplo: la creación de un perfil dentro
de Facebook, en el que no sólo subimos fotografías o comentarios, sino además
podemos participar en diferentes grupos donde conocemos diferentes personas que
comparten los mismos intereses afines a los nuestros; además localizamos a
otros, por eso se hace más sencillo comunicarnos a partir de la virtualidad.
Así, para nosotros, ya es común escuchar: ‘¿Cómo te encuentro en el Facebook? ó
¿pásame tu Whats y yo te escribo?”, añadió.
De tal modo que las redes sociales digitales se presentan
también como un nuevo escenario de la cultura y la política de nuestro tiempo,
como lo aporta el ensayo de María Elena Meleces, donde refiere cómo las redes
sociales digitales permiten construir un mundo On-Line a partir de las
relaciones entabladas Off-Line, lo que lleva a reflexionar: cuántas veces hay
comunicación a lo largo de la semana con personas con las que se convive a
diario y en ocasiones se vuelve más sencillo hablar a través de los
dispositivos con individuos que incluso hacerlo cara a cara; asimismo, hace
notar que gracias a este aporte de investigación se puede pensar acerca de las
nuevas maneras para manifestarse, como fue el sonado caso de 'Yo soy 132” o el
portal de Wikileaks.
No obstante, observa la compilación de ensayos, así como las
redes aportan la capacidad de alzar la voz a través de los medios digitales,
también implica crear conciencia sobre los riesgos de entrar al mundo virtual,
como lo refiere la colaboración de Sergio Becerril, quien nos habla acerca de
la cantidad de información que se deposita en Internet y por ende se acepta
compartir en el entorno virtual con otros. Al momento que se le da “like” o
“fav” a ciertas páginas se maneja una predilección por algo en particular, lo
que acarrea publicidad dirigida y se torne específicamente hacia lo que se ha
referido nos agrada; al compartir fotografías del círculo social se permite que
otros lo empleen para bien o para mal, no se pueden olvidar casos interesantes
surgidos en Internet últimamente, tales como personas que han ocupado fotos
ajenas con un diferente nombre. En Internet no existe una regulación, y por conclusión
existen prácticas con las que debe tenerse precaución.
En otro apartado del libro, Diana Minerva Espejel Alejandro
realiza un estudio acerca de los vínculos que entablan los jóvenes dentro de
los medios digitales y que se ejemplifica a través de ciertos resultados
parciales como muestran los casos de los famosos emoticones, signos capaces de
reflejar un estado de ánimo.
El aporte de Gabriel Pérez Salazar hace un recorrido por la
transformación de los “memes”: aquí se muestra que éstos no solamente son
asociados a una imagen estática rotulada con palabras que se burlan de una
situación, sino que un meme responde a una amplia gama de factores
psicosociales que giran a temas como economía, la política, los derechos
humanos o seguridad nacional y son elementos que cualquiera puede comprender ya
que se suscitan en el mismo contexto; hay memes temporales y otros que
permanecen a lo largo de tiempo.
Los ensayistas concluyen que ya no existen barreras para que
un usuario de música pueda difundir sus gustos o listas favoritas para
compartirlas a través de internet, sólo necesitan alojar su música en
aplicaciones tales como “Spotify” o “Chrome Cast” o “YouTube” para poder colgar
sus audios o videos en la red y difundirlos entre sus seguidores.
Las audiencias de hoy en día ya no son pasivas, la
información se difunde de una manera más rápida a través de la web, los sujetos
se encuentran interconectados en distintos ámbitos ya sean culturales, sociales
o de interés común. El Internet va evolucionando cada día más, “sólo queda
adaptarnos día a día y aceptar que las redes sociales virtuales conforman una
cultura que se integra cada día más dentro de la vida diaria”, concluye Sandra
Flores Guevara, compiladora de la obra.◄
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