* Recordé lo que contestó Scott Fitzgerald a un escritor en ciernes
cuando éste le preguntó qué se necesitaba para escribir y le respondió:
‘escribe de lo que conoces’. Entonces, yo pensé: pues yo lo único que sé es mi
historia y de eso escribí”
Pachuca de Soto,
Hgo., a 4 de septiembre de 2015
En el marco de la Feria Universitaria del Libro 2015,
considerada entre las más importantes de nuestro país y con visibilidad
internacional, realizada y organizada gracias al Patronato de la Universidad
Autónoma del Estado de Hidalgo y bajo el emblema de Conaculta, el autor de best
sellers de amor juvenil de mayor éxito en los últimos diez años y cuya obra
Grupo Planeta editó en español en 2008, hizo su arribo seguido de un
estruendoso coro juvenil que lo aclamaba gracias a un hashtag muy viralizado en
redes sociales: #3MSC.
La afamada historia comienza con una desilusión amorosa que
Federico Moccia, un italiano, ahora de 52 años, sufrió durante su juventud.
Entonces, para sublimar ese dolor escribió una novela, misma que no tuvo suerte
en ver publicada, aunque anduvo de puerta en puerta y de editorial en
editorial. Fue hasta 1992 cuando finalmente el novel escritor pudo pagar la
edición bajo el sello Il Ventaglio de su primera obra de trayectoria
espectacular: “Tres metros sobre el cielo”.
Antes de eso, el joven Moccia había entrenado su brazo
siendo ayudante de su padre, quien era un atareado guionista de cine, Giusseppe
Moccia. A los 19 años, el joven Federico ya tenía su primer guión completo para
la película “Attila flagello di Dio (Atila, el flagelo de Dios)”, un filme
considerado en su época “cine basura”, que después se convirtió en cine de
culto, con gran éxito de ventas en formatos de video. Parecía que el futuro
novelista traía la estrella del éxito que entonces no podía prever.
Al cabo de cinco años más tarde se convirtió en realizador
de su primer filme, “Palla al centro”, que pasó sin pena ni gloria. Este otro
desencanto lo llevó a dedicarse de lleno a lo que se convertiría en su subida
al Olimpo de los autores más leídos de los últimos años como narrador de
historias amorosas de jóvenes, aunque en los 90 aún no podía saberlo. Como su
novela no daba visos de generar utilidades, siguió calentando brazo.
En 1996 insistió nuevamente en el cine y realizó la película
“Classe mista 3A”, aunque también prosiguió con el guionismo para la televisión
en busca de dinero para sobrevivir, mientras su novela seguía viviendo su
propia historia. Fue hasta 2004, doce años más tarde de haber visto la luz,
cuando “Tres metros sobre el cielo” se reeditó y sólo hasta entonces logró
convertirse en todo un suceso de ventas: fue llevada a la pantalla
cinematográfica, recibió varios premios, se tradujo a varios idiomas y fue
publicada en toda Europa, Brasil y Japón.
Moccia, ya con ese estimulante aunque tardío éxito, publicó
en 2006 “Tengo ganas de ti (Ho Voglia di Te)”, secuela de “Tres metros sobre el
cielo” y esta segunda novela también fue adaptada al cine. Algo similar ocurrió
con “Perdona si te llamo amor (Scusa ma Ti Chiamo Amore) ”, (2007), que también
tuvo derivación en “Perdona pero quiero casarme contigo (2009) (Scusa ma Ti
Voglio Sposare) ”, cuyo estreno en la pantalla ocurrió en 2010.
Durante este proceso de “el fenómeno Moccia” que se arrancó
en 2004, la obra del novelista comenzó a convertirse en trend topic en las
redes sociales y a viralizarse el hashtag #3MSC
Así que capitalizó muy bien el desengaño amoroso que sufrió;
lo hizo volcar en una historia que se ha convertido en éxito de ventas, en dos
películas y ha trascendido a una modificación social entre los enamorados en
Europa, y se ha convertido en un trending topic en las redes sociales como
#3MSC. Y los jóvenes amaron su obra, y tiene 152 K followers: un suceso
impresionante.
Editorial Planeta reeditó al español en 2008 “A tres metros
sobre el cielo” (así la tituló) bajo el sello de Planeta Joven, en una edición
tal que a pesar de ser más voluminosa que la “Divina Comedia” de Dante
Alighieri, es transportada y leída por un gran número de lectores adolescentes,
a pesar de sus 408 páginas y su más de un cuarto de kilogramo de peso.
La otra consecuencia que ha provocado en muchos lugares del
mundo, sobre todo en la capital italiana, Roma, es la moda de colgar candados
rotulados con el nombre de los enamorados como símbolo de su amor, en imitación
a lo que sucede con los personajes de “Tengo ganas de ti”.
Esta curiosidad se propagó por Europa y ya ha generado
perjuicios arquitectónicos y modificaciones en la infraestructura de varias
ciudades por daños en varios puentes emblemáticos de Europa, como sucedió en el
Puente de las Artes, sobre el río Sena, en París, cuando más de 700 mil
candados llegaron a poner en riesgo el puente mismo, y el gobierno tuvo que
quitarlos en mayo de este año, pues las autoridades parisinas declararon esta
práctica como una "violación contra la protección del patrimonio de la
ciudad”.
En Roma, ya el peso de tantos candados hizo que un farol del
puente Milvio se desprendiera, obligando al alcalde a colocar refuerzos en el
mismo. Hoy día un edicto prohíbe colgar candados del puente. España no ha sido
inmune al fenómeno #3MSC, pues el puente de Triana en Sevilla tiene tantas
cerraduras que las autoridades ya están tomando medidas pues temen que el
puente no pueda soportar más peso. También ha cundido la costumbre en los
puentes de Badajoz, colindante con Portugal.
Los candados que han aparecido en muchas ciudades del mundo,
ya fueron noticia en la BBC de Londres, que hizo notar su aparición en varios
puentes ingleses y también en algunos de ciudades estadunidenses e, informó que
también han surgido sitios en internet que sugieren lugares donde colocar
candados en Amsterdan, Chicago, Nueva York, Praga, Roma, Sidney y otros sitios
del Reino Unido.
Ya con todo ese furor, el escritor italiano, durante su
presentación en la FUL 2015 mostró una gran disposición a comunicarse con los
jóvenes que prácticamente abarrotaron los pasillos del Polideportivo Carlos
Martínez Balmori y el vestíbulo del auditorio Josefina García Quintanar, amén
de que solicitaban su traductor simultáneo; más de 400 jóvenes sentados querían
el autógrafo en alguna de las novelas de Federico Moccia, quien, ya en la
presentación de su obra que comienza con “Tres metros sobre el cielo” y su
secuela, contó una gran suma de anécdotas respecto a cómo fue su conexión con
los muchachos a partir de la identificación que logró con el relato de esa
historia de su desventurado amor juvenil.
Las preguntas de los jóvenes versaron sobre los destinos que
debía correr Bibi (personaje principal femenino de “Tres metros sobre el
cielo”) y sobre los puntos de vista del amor que el escritor italiano tenía al
respecto. Hubo el reproche de una chica sobre el por qué en “Tengo ganas de
ti”, la historia era más física que romántica. El escritor le respondió:
“¿Sexual, quieres decir? Porque es lo que pasó y pasa en la vida real, a medida
que se crece se toman decisiones con respecto a cómo se resuelve el sentimiento
amoroso y la novela muestra dos vertientes, la correcta y la incorrecta y sus
consecuencias; y es eso que cuando somos jóvenes a veces no queremos ver porque
el sentimiento y el deseo se vuelven intensos y después podemos salir muy
lastimados o con la vida trastocada. Y pasa, pero a fin de cuentas, el amor
resuelve casi todos los problemas del mundo, creo yo”.
También confesó que él no escribió su primera historia pensando
en las consecuencias: "sólo quería escribir, y recordé lo que contestó,
hace muchos años, Scott Fitzgerald cuando durante la presentación de la novela
de aquel escritor norteamericano de ‘A este lado del paraíso’, un escritor en
ciernes le preguntó qué se necesitaba para escribir y Fitzgerald le respondió:
‘escribe de lo que conoces’. Entonces, yo pensé: pues yo lo único que sé es mi
historia y de eso escribí”.◄
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