* Una colección que refresca el panorama literario de México convocando
a los escritores jóvenes; el mejor homenaje que ha recibido el escritor porque
su nombre tendrá permanencia al lado de los escritores que van emergiendo
Pachuca de Soto,
Hgo., a 3 de septiembre de 2015
Se presentó en la Feria Universitaria del Libro, FUL 2015,
la Colección René Avilés Fabila, una colección literaria que nace de la urgente
necesidad de brindarle a los jóvenes escritores, menores de 30 años, la
oportunidad de ver su obra publicada.
Al amparo de la editorial de la Benemérita Universidad
Autónoma de Puebla, la Colección vio la luz cuando el escritor, periodista y
ensayista creador del suplemento “El Búho”—convertido hoy en una revista
online—, cumplió 50 años como escritor en 2014. Por eso la Universidad Autónoma
del Estado de México, de la que Avilés Fabila es Doctor Honoris Causa, ofrece
el marco de la FUL 2015 para que esos jóvenes escritores de dicha colección
ocupen un sitio en el mapa literario de nuestro país.
La planeación y diseño de esta colección literaria con el
nombre de René Avilés Fabila fue el homenaje que la máxima casa de estudios de
Puebla le brindó “en lugar de sólo una ceremonia y un diploma como se estila
comúnmente”, dijo el escritor y prologuista de la colección.
René Avilés Fabila, acompañado del poeta Dionicio Morales y
de la maestra Corina Martínez, Coordinadora de Fomento a la Lectura de la
Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, institución auspiciante y promotora
de la FUL 2015 (a través de su Patronato y Conaculta), mostró orgulloso los
tres primeros ejemplares, de otros tantos autores, que ya salieron de la
imprenta y reveló la aparición de otros cinco que ocuparán las estanterías,
justo al finalizar esta 28 edición de la FUL.
Los tres títulos son la novela "Los elefantes son
contagiosos", de Jorge Jaramillo Villarruel; el cuento "Usted quería
saber", de Ivonne Vira y "Las paredes del laberinto", poemario
de Miguel Martínez. Como puede verse, la narrativa y la poesía ocupan sitio
principalísimo en su repertorio.
Cabe señalar que en agosto de 2014 la dirección de Fomento
Editorial de la BUAP emitió la convocatoria respectiva para formar parte de la
colección, a la que enviaron sus trabajos 34 jóvenes escritores de los que
quedaron los tres textos ganadores, cuya primera presentación al público se
llevó a cabo en la sala “Adamo Boari”, del Palacio de Bellas Artes, en enero de
este año.
Dionicio Morales dijo que cuando él y René Avilés eran
jóvenes, no había revistas especializadas como las hay ahora, “los jóvenes, que
éramos nosotros, no teníamos becas, no teníamos premios; se necesitaba haber
pasado por una trayectoria literaria; tuvimos suerte porque publicamos cuando
jóvenes en la revista Siempre, en Excélsior; nosotros vivimos eso, pero hay
muchos jóvenes escritores que deambulan con sus libros terminados bajo el brazo
y no hay editorial que les publique”.
“Por ello es saludable y ejemplar —agregó—, que una
Universidad pública como la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, haya inaugurado,
dentro de sus proyectos editoriales, una importante colección de libros
exclusivamente para autores jóvenes no mayores de treinta años —dirigidos
también de alguna manera a los lectores jóvenes que hablan el mismo idioma—,
quienes empiezan a profesionalizar su vocación literaria. Y dentro de esta
colección hay algunos nombres que publican por primera vez, y otros que ya
tienen cierto camino andado”-
Y prosiguió: “También hay que decir que estamos
acostumbrados a que un artista tenga que morirse o llegar a los ochenta o
noventa años para que pueda rendírsele un merecido homenaje, ganado en buena
lid por su aportación en la disciplina que escogió con un trabajo de tantos
años. Es raro que alguna institución oficial o particular reconozca el valor de
toda una vida de un personaje, que aunque bajo los disentimientos de tirios y
troyanos de que si es bueno o malo, quieran o no, ha contribuido al panorama
del arte en México.
“Hablando en términos generales, el artista tiene que
morirse o pasar a formar parte de los hombres y mujeres que en la actualidad
conocemos con capacidades diferentes, para que les hagan programas de
televisión, para que los suplementos culturales de periódicos y revistas llenen
sus páginas, o cuando ya se están muriendo. Y eso me parece innoble, porque no
hay mayores homenajes o festejos que celebrarlo en vida como sucede con esta
serie de libros que perdurarán con el nombre de René Avilés Fabila”, apuntó
Dionicio Morales antes de cederle la palabra a René Avilés.
Por su parte, el creador de “El Búho”, dijo que esta
colección es el mejor homenaje que ha recibido por sus 50 años como escritor:
“Todos los homenajes son así: se junta a los amigos para que hablen bien de ti,
te dan un diploma, ahí se va uno cargando el diploma y al otro día ni quien se
acuerde; en cambio, esta colección va a dar permanencia porque estará ahí, al
lado de la literatura de los jóvenes”.
Y después, con su acostumbrado sentido del humor y sarcasmo,
explicó cómo y por qué surgió y desapareció en su edición impresa el suplemento
que ahora es revista por internet: “Toda mi vida he sido irreverente, y algo
peor… tengo sentido del humor, cosas que son prohibidas en México; los
mexicanos son de una solemnidad que verdaderamente me asusta. He visto, por
ejemplo, al presidente de la República actual, cinco veces, en comidas en actos
sociales políticos, tediosos totalmente; las cinco veces me lo presentaron, la
última vez bailé, zapateé para hacerme notar y conseguir algún empleo y el tipo
nomás me veía y decía “mucho gusto”; dije una de dos, o soy el hombre invisible
de Wells o definitivamente soy un tipo mexicano común y corriente del que no se
percata él; yo tampoco me acuerdo mucho; el copete, bueno, yo soy mucho mayor
que él y mi copete tiene derecho de antigüedad, así me peinó mi mamá, y por
respeto a mi madrecita santa, y porque todavía tengo pelo me sigo peinando
igual”.
Señaló que “El Búho” fue resultado de la irreverencia, del
sentido del humor, de una actitud contestataria, rebelde. Hicimos un periodismo
distinto. Yo no escribía para Monsiváis, ni para Elena Poniatowska, ¡eran de
hueva! son aburridísimos, (o eran, porque Monsiváis ya se murió, y ella sigue
siendo aburrida)”, dijo mientras el Auditorio Josefina García Quintanar se
llenó de la risa de los jóvenes que lo abarrotaron.
“Y eso me atrajo lectores —continuó Avilés Fabila— y un
diálogo de 13 años con ellos. Llegamos a ser un punto de referencia. El Búho
desapareció de manera enigmática, no me dieron tiempo a decir ‘ya me voy’; no
me pidieron la renuncia, me censuraron. Y aquí viene la parte de mi lucha
siempre contestaría: si a uno lo censuran una vez, lo censuran dos y cuatro y
ya se fregó. Y me censuraron porque pedí la renuncia del presidente de la
República, que era Ernesto Zedillo, y la pedí porque dije “este tipo es un
inútil, tiene que renunciar”.
“Ahora sigo pensando igual de los demás presidentes, pero ya
no pido su renuncia; porque la que dieron entonces fue la mía. Me fui muy
digno. Estaba yo en la FIL de Guadalajara, cuando abro el sábado el periódico
para ver mi brillante artículo en contra del presidente, lo que era rarísimo en
esa época, ahora ya cualquier pobre diablo le mienta la madre al presidente.
Antes no, antes se arriesgaba uno de verás porque los presidentes eran como
Díaz Ordaz o Luis Echeverría. Nunca he estado de acuerdo con un presidente de
la República en México”.
Así, con el logro de un contacto con los estudiantes y
académicos que conformaron el público de la presentación de los libros con que
dio inició la Colección René Avilés Fabila, editada por la BUAP, el escritor
“marxista-leninista, no de izquierda”, como se calificó, mostró su satisfacción
por presentarla en la máxima casa de estudios del estado de Hidalgo, “porque ya
soy ‘Garza’, antes era ‘Puma’, pero yo voy donde me tratan bien, y aquí me
tratan bien", finalizó.◄